martes, 29 de julio de 2014

Reseña literaria: Sinuhé el egipcio

Que la primera reseña del blog (y también la primera que redacto) sea de la obra más famosa de Mika Waltari, para muchos un imprescindible de la literatura, una obra maestra, un libro que tiene que ser LEÍDO y DISFRUTADO, quizá no sea la opción más sencilla. Puede parecer un gesto de pedantería empezar tan fuerte, pero el hecho es que lo terminé ayer y es lo más fresco que tengo para empezar.

He aquí la portada de mi edición en toda su horrorosidad

Empecemos con el autor: Mika Waltari nació en Helsinki en 1908 y murió en esa misma ciudad en 1979. Su prolífica obra contiene tanto novelas ambientadas en épocas antiguas, muy bien documentadas, como obras "realistas y de gran hondura psicológica", según la biografía que trae mi edición. Honestamente no sabía quien era antes de tener este libro en las manos, aunque el título Sinuhé, el egipcio llevaba tiempo rondando entre mis pendientes debido a mi interés por el Antiguo Egipto. 

La novela comienza con las siguientes frases:

Yo, Sinué, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo.
Perfecta definición del tono del libro. El propio Sinuhé cuenta su vida valorando los hechos relatados desde su particular punto de vista. Waltari consigue hacer pasar la narración por el relato autobiográfico de un médico de finales de la XVIII dinastía, allá por 1295 a.C., y esto constituye a la vez lo mejor y lo peor del libro.
Para muchos lectores el tono ceremonioso,denso, escaso en detalles importantes para hacerse una idea del mundo y las personas, con diálogos pomposos y parrafadas interminables, puede ser perfectamente intragable.
Para otros, entre los que he caído yo, el encanto de la novela radica precisamente en la sensación de estar leyendo un texto auténtico, redactado por alguien que sólo ha leído textos narrados en esas condiciones, y por tanto haciendo propio el estilo, como sería natural.

Macho alfa rodeado de tetas. La esencia de la historia en una sola imagen.

Si podemos salvar escollo de la narración, Sinuhé (nos) relata su vida, desde su nacimiento hasta el momento actual, sin escatimar en detalles cuando lo cree oportuno, omitiendo grandes periodos en otras ocasiones, y reflexionando siempre sobre sus propias obras y pensamientos. Hay que destacar que Sinuhé resulta ser un personaje tremendamente realista, con la incoherencia y las contradicciones que eso conlleva. Para el lector puede suponer un esfuerzo empatizar con un personaje que observa y entiende las cosas a su manera, que las juzga según su forma de ser, que actúa según lo que le ha inculcado su entorno, y que a fin de cuentas se comporte como posiblemente lo haría alguien en un tiempo con el que no estamos familiarizados. De nuevo es algo que añade valor a la novela, y que al mismo tiempo puede echar para atrás a muchos.


En cuanto a los sucesos narrados, abarcan desde viajes por tierras Egipto tales como Siria y Creta, hasta una teoría factible de lo ocurrido durante la Época Amárnica, una de las más indocumentadas de la historia egipcia. Waltari aprovecha este hecho para crear una novela bastante fiel al conocimiento histórico del que disponemos, pero con mucha libertad creativa. Tampoco escatima en críticas a asuntos tales como las consecuencias de la guerra, las ideologías extremas o el poder del clero, muchas veces por medio de la ironía, otras mediante una narración cruda y directa.

Akhenatón y Nefertiti, reyes en Amarna y ejemplo de dimorfismo sexual.

Debo decir que toda la parte del destierro incial de Sinuhé se me hizo bastante pesada. Sin embargo nada más volver a Egipto el interés gana enteros en cuestión de páginas. Personajes como Muti, Horenheb, el faraón Akhenatón y el grandísimo Kaptah (un Sancho Panza egipcio en todo el buen sentido de la palabra) se ganan un hueco en la historia, a veces a costa del propio Sinuhé.

En conclusión, Sinuhé el egipcio no es una obra para todo tipo de lectores, pero sin contar a aquellos interesados en el Antiguo Egipto, no sabría a quién recomendarla. Creo que lo mejor es darle una oportunidad. Si el estilo de la historia te engancha, disfrutarás como un enano. Si no, hay muchas otras cosas que leer.

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